La Tonada de la Matita de Arroz fue compuesta en 1942 y parte de un poema de la poetisa cubana Emma Pérez titulado originalmente Bodas.

Se trata de un apólogo de ambientillo romántico y festivo que recoge un tema ampliamente desarrollado en la cuentística tradicional: el de los diferentes animales, arquetipos humanos, que uno tras otro piden la mano de un animal hembra, que igualmente representa un arquetipo humano femenino. Brenes usa por segunda vez las posibilidades que este planteamiento le ofrecía desde el punto de vista musical. Ya utilizó este esquema al poner música a La Cucarachita Mandinga, obra colaborativa con Rogelio Sinán.

Emma Pérez aborda el tema en este romancillo, pero en este caso, la estructura secuencial tradicional se puebla de seres pequeños de la realidad del trópico, y ya no solo los animales sino también las plantas alcanzan la categoría de personajes literarios. Nuestra protagonista femenina, la matita de arroz, sabe tomar sus decisiones, y rechaza a los presumidos pretendientes apelando a aspectos sensoriales: el exceso de olor del toronjil, de color del colibrí, o de fulgor del girasol. Estamos en un mundo hecho por y para el niño donde importa lo que se aprehende y se conoce a través de los sentidos, de lo vital y lo inmediato pero en un tono alegre y festivo, marcado por el tralalá del canto en los estribillos.

Pasó el toronjil
Y le preguntó
¿Te casas conmigo
Matita de Arroz?
-Marido no quiero
de tan rico olor.
(Tralá, tralalala
trala, lalalala)

Pasó el colibrí
Y le preguntó
-¿Te casas conmigo
Matita de Arroz?
-Marido no quiero
de tanto color.
(Tralá, tralalala
trala, lalalala)

El escarabajo
cansado pasó
-Sé mi compañera
Matita de Arroz.
-Contigo me caso
por trabajador!
(Tralá, tralalala
trala, lalalala)

Emma Pérez y Gonzalo Brenes